Siempre se habla de las grandes ventajas de la franquicia, pero en cuanto a la madurez y en lo referente a las economías de escala, ¿cuántos establecimientos ha de tener una red para que se noten esas ventajas de experiencia, de mejores precios, etcétera?
Si existiese una regla fija para todo, medir lo podría hacer cualquiera y no harían falta expertos en cada materia. Por desgracia, no es sencillo determinar ni esta ni algunas otras cuestiones que dependen a su vez de muchos otros factores, algunos de los cuales no están sino en manos de terceros. Con respecto a la madurez de una central de franquicias, es pura casuística, pues la actividad a la que se dedica influye de manera decisiva en su grado de expansión posible, y por lo tanto en el número de establecimientos operativos que son necesarios para que se la pueda considerar una enseña madura.
No obstante, una buena franquicia comienza a proporcionar beneficios a los miembros de su red desde el inicio. Que esos beneficios comienzan a hacerse más patentes cuando se ha superado la treintena de unidades es obvio, pero eche un vistazo a las cifras de la franquicia en España y verá qué poco porcentaje de enseñas sobrepasa ese número de centros abiertos, y sin embargo sus franquiciados están satisfechos con el apoyo de su central.