IKEA, El Corte Inglés, H&M, Carrefour… Las grandes cadenas comerciales no emplean el sistema de franquicia para extender su cadena de establecimientos por toda España. Y no pocos se preguntan ¿a qué puede deberse el que la gran distribución no opere mediante esta fórmula empresarial?
La exégesis exacta sólo pueden proporcionarla los consejos de dirección de los IKEA, El Corte Inglés, H&M, Carrefour, etcétera. Pero si podemos apuntar aquí algunas, más que probables, explicaciones. Y la primera es que no precisan de financiación externa para crecer, por lo que prefieren correr con los gastos inherentes a toda expansión con fondos propios que arriesgarse a que algún franquiciado les ‘salga rana’. Por otro lado, las pautas generales bajo las que opera la gran distribución no requieren de las exigencias y controles que caracterizan a la franquicia. ¿Cree alguien que las multinacionales nombradas estarían dispuestas a ceder su marca, a transmitir su saber hacer, y a formar e informar sobre todas y cada una de sus técnicas y métodos operativos a cualquiera, con tal de abrir más establecimientos?
No obstante sí que es cierto que existen centrales de compra y cadenas voluntarias, no demasiado conocidas por el gran público, pero sí por los que ‘están dentro’, que como tienen como cometido principal lograr buenos precios de compra y arreglar unas condiciones de pago óptimas, no precisan de lo anterior. Cada establecimiento mantiene su independencia e incluso imagen propia –o no–, pero se beneficia de esas economías de escala.