Y claro es que inútiles hay en todas partes, y el sistema de franquicia no podía ser menos.
Así, mi consejo para los franquiciadores y los responsables de Expansión o Desarrollo de ciertas enseñas es que no sean calzonazos; que no pierdan el trasero. No, no se bajen los pantalones a las primeras de cambio, y no actúen como comerciales chusqueros.
Y si por esos extraños azares del mundo de los negocios pierden una operación llamen a su competencia y felicítenla, y depongan esta actitud mohína; porque están tirando piedras, primero sobre su propio tejado, y además sobre el sistema de la franquicia, que tantas satisfacciones le ha dado. Estas actitudes nos perjudican a todos. En tiempos de desaceleración, para obtener resultados siquiera similares a los obtenidos en tiempos de bonanza simplemente hay que redoblar esfuerzos. Su expansión llegará, no se preocupe pero trabaje con honestidad y defienda este sistema.
Supongo que a estas alturas los lectores con dos dedos de frente ya saben a lo que me refiero. A esas “ofertas” de última hora en el canon de adhesión, cuando vemos que la operación se la lleva nuestro competidor, simplemente porque ha hecho mejor su trabajo. Qué dirán el resto de sus franquiciados cuando descubran este comportamiento. Y me refiero a bajadas de hasta un 80% en el canon. No es justo que en una red existan franquiciados “de primera” y franquiciados “de segunda” atendiendo al esfuerzo que éstos han soportado para ingresar en la red. El arranque debe ser igual o lo más ecuánime posible, porque a todos les duele igual su dinero.
De un tiempo a esta parte estoy observando actitudes propias de otros mercados. Seguro que más de un “tontolaba” se pondrá una medalla firmando una franquicia con semejantes artimañas. Prácticas como estas pueden hacer que se le caiga esa red que tanto sacrificio le ha costado montar. Les insisto, caballeros: depongan esta actitud, que no la queremos; que no es buena para nadie que piense estar por estos lares de la franquicia más allá de la presente década.
Compórtense como verdaderos franquiciadores. Los chusqueros, a otra parte. Y si su fuerza de ventas es un desastre, querido franquiciador, cámbiela que seguro que obtiene mejores resultados. No daré nombres, porque ya saben que en este sistema tarde o temprano nos conocemos todos, y sería ofrecerles publicidad gratuita a quienes en este caso no la merecen.
Recuerden que después de la tempestad llega la calma, y tras la recesión va a venir otro periodo de aceleración progresiva, y sus actitudes pasadas serán sus credenciales a la hora de seguir creciendo.