Si hay un sector que está sufriendo la crisis ese es el de las PYMES. Tal vez no tanto por su volumen de negocio que puede estar manteniéndose, como si por la falta de financiación que están encontrando, lo cuál afecta a su desarrollo mediante nuevos proyectos de inversión, así como a las líneas de crédito para soportar el retraso en los pagos.
Y la mayoría de franquicias son PYMES, ya que se trata de negocios familiares que en lugar de lanzarse a la aventura absoluta del negocio emprendedor prefieren hacerlo sobre la seguridad que otorga una franquicia, con todo el know-how detrás, y todo el apoyo publicitario.
Por tanto, las grandes perjudicadas de la falta de financiación general que existe en el mercado financiero español están siendo, precisamente las franquicias, ya que muchas veces los emprendedores no pueden acometer sus ideas o sus proyectos de inversión como consecuencia de la falta de compromiso por parte de las entidades financieras.
A pesar de ello, el sector de la franquicia está soportando mejor el problema que el resto de empresas, ya que las entidades financieras perciben como una ventaja el hecho de que no se trate de un negocio en forma de salto al vacío, sino que la franquicia esté detrás apoyando la aventura empresarial.