La existencia de problemas derivados de una mala alimentación, como el colesterol y el sobrepeso, así como el deseo de poseer una imagen atractiva, ha provocado el nacimiento de un interés colectivo por todo lo relacionado con el bienestar y la salud, abriendo un mundo de posibilidades para los emprendedores en el ámbito de la Dietética, Herboristería y Parafarmacia. Por otra parte, la mejora en el nivel de vida y el aumento del poder adquisitivo en nuestra sociedad influyen directamente en la capacidad de crecimiento de las franquicias que operan en el sector.
Son muchas las enseñas de Dietética y Parafarmacia, que engloban este sector, la inversión oscila aproximadamente entre 27.500 euros+ obra civil+ IVA y 90.000 euros, su superficie: entre 30 y
A pesar del potencial de crecimiento con que cuenta la industria del producto natural y ecológico, conviene destacar el reducido número de enseñas que opera en el sector. En la actualidad, tan sólo unas cuantas firmas en franquicia se dedican a la venta de artículos relacionados con el bienestar y la salud, lo que conlleva una atomización del mercado. Además, hay que tener en cuenta la escasa proyección internacional de las firmas españolas que actúan en esta industria, si bien es cierto que algunas comienzan a dar sus primeros pasos, como es el caso de Naturhouse y más recientemente de Farmatural, que se dispone a establecerse en Portugal.
El servicio estrella de la líder del sector, el asesoramiento dietético para el control de peso, forma parte del catálogo de buena parte de estos conceptos ( Centros de Nutrición Garaulet, La Ventana Natural, Peso Díez, Santiveri, Vitalsana, Farmarosa, El Recó, Terra Verda y Farmalent Grupo de Salud que en general están ideados para el autoempleo. Además, aunque no descartan otros perfiles, las centrales prefieren que los franquiciados sean profesionales relacionados o la salud o la nutrición, como farmacéuticos, técnicos de sanidad, dietistas o biólogos. Y, siempre, el hecho de ser mujer suele beneficiar la predisposición del franquiciador a vender una licencia.
Si «siempre, el hecho de ser mujer suele beneficiar la predisposición del franquiciador», ¿no es verdad que el hecho de ser hombre suele perjudicar dicha predisposición?
¿Por qué motivo, pregunto?