Cada nuevo franquiciado ha de adaptar su local a los parámetros del manual operativo y del manual de adecuación de locales de de la central, pero mucho recién llegado a esta fórmula de colaboración comercial se pregunta, y no sin razón, si puede ser él mismo quien contrate al equipo de obras –y en su caso echar mano de amigos o conocidos de ese gremio: pintores, electricistas, carpinteros, instaladores de aire acondicionado…– o ha de aceptar necesariamente el que le impone el franquiciador.
De hecho, no sólo ha de adecuarlo a las directrices constructivo-decorativas establecidas por la franquicia que usted ha elegido voluntariamente, sino que deberá tener en cuenta que esa va a constituir una de las partidas más importantes, si no la mayor, de la inversión que va a arrostrar. Hasta tal punto que hay cadenas que hablan de lo que cuesta poner en marcha un local de su firma sin incluir estos trabajos de acondicionamiento. Mala cosa.
En cuanto a las prescripciones del manual de adecuación del local, el que las lleve a la práctica un equipo de montaje de obras de la central o una serie de profesionales del ramo contratados por el propio franquiciado es indiferente, siempre que a la finalización de las obras el franquiciador pueda realizar una última inspección para dar el visto bueno definitivo antes de la instalación del mobiliario y los signos distintivos de la marca.
En principio, a la central debería de darle igual cómo o con quién haces las obras de remodelación del local, siempre que se hagan conforme a las calidades estipuladas. Aunque también es cierto que ellos han de disponer de uno o más equipos que están hartos de remozar locales viejos y dejarlos conforme a la imagen de la marca, así que pueden hacerlño con los ojos cerrados.
las franquicias que insistien tanto en que sea su equipo de obras parece que tienen intereses creados en llevarse dinero tambien de eso