La franquicia es el modelo de negocio que mejor está soportando la crisis, gracias a trabajar sobre la base de un negocio ya contrastado y una empresa matriz que ofrece apoyo permanente al franquiciado, garantizándole la seguridad jurídica y empresarial que otros negocios no pueden ofrecer.
Por ello, en un momento crucial para la economía, en el que la incertidumbre es la norma, la franquicia se está posicionando como la opción preferida por los emprendedores que apuestan por las ventajas de este tipo de negocio por encima del sueño de un negocio ideológicamente propio.
El primer paso para abrir una franquicia es localizar la que más nos interesa. Para ello, debemos de filtrar la búsqueda a las franquicias que se dedican al sector en el que estamos interesados. Por ejemplo, si queremos abrir un establecimiento de restauración, necesitamos conocer lo que ofrecen todas las franquicias del ramo.
Una vez filtrado el sector, nos pondremos en contacto con tantas franquicias como podamos del ramo. Es conveniente tener muchas alternativas abiertas para conocer lo que ofrece cada una y poder tomar una decisión eficiente, desde el punto de vista económico y personal.
A partir de ahí elegimos la franquicia con la que vamos a querer trabajar, en función del coste de entrada y de las garantías que nos ofrecen. Entonces, debemos de empezar a cumplir los requisitos físicos exigidos, en términos de local, dinero, etc., y si lo conseguimos firmaremos el contrato.
Y después de firmar el contrato ya sólo nos queda hacer que nuestro negocio funcione de verdad, con la ayuda de la empresa matriz, pero, sobre todo, con nuestro empeño por hacerla funcionar.