Las asociaciones de franquiciados en el seno de las enseñas es algo que se lleva haciendo décadas en el mundo anglosajón, inventor de esta fórmula de colaboración empresarial. Así que por mucho que se empeñe el consultor que nos tiene aburridos a todos con sus ocasionales destemplanzas y sus ‘cartitas al sector’, lo cierto es que las enseñas de franquicia más serias no sólo disponen de una asociación de franquiciados, sino que la alentan y consultan con ella cuantos ápices son precisos para la buena marcha del negocio. El de todos.
Y es que al consultor con iniciales de extraterrestre se le olvida –o prefiere hacerse el loco– que la franquicia es una fórmula para que ganen las dos partes: el franquiciador y los franquiciados. Así que no está de más que las cadenas que hacen bien las cosas consulten con los representantes de su red, democráticamente elegidos por sus franquiciados, para la toma de determinadas decisiones en las que la voz de quienes están a diario probando sobre el terreno –es decir, en la calle: que es donde los conceptos triunfan o fracasan– las bondades del concepto de negocio.
Una franquicia se asemeja de algún modo a un equipo deportivo, sea un grupo de remeros o de ciclistas, situaciones ambas perfectamente comparables: si no todos reman o pedalean en la misma dirección el resultado se va a ver sin duda comprometido… Y el que vea cosas raras detrás de todo ello que se lo haga mirar: porque a lo mejor lo que le dictan las vocecillas de su cabeza no siempre es inteligente publicarlo en sus medios de comunicación afines; los únicos, por cierto, que se hacen eco de estas cositas…
?Podemos decirle a nuestro franquiciador que es legal unirnos para tratar con el temas de importancia para nosotras?
Algunas franquicias, más que una barca con remeros o un tandem con ciclistas, parecen un ring de peleas de gallos…