Se dice, se cuenta, se rumorea… que tanto el uno –el gerente– como el otro –el ‘presi’– llevan desde el regreso de las vacaciones estivales demasiado ocupados al teléfono: pidiéndole a amigos y conocidos que no les fallen; recordando que ha llegado el momento de devolver favores a quienes se lo deben a la A.E.F.; comprometiéndose ellos a devolverlo a quienes les echen ahora un cable… El caso es conseguir que la celebración de ese congreso de franquiciadores absurdo y absolutamente innecesario, al que le quedan un par de semanas para ver la luz, no sea como el último: un completo desastre. Claro que ellos van a seguir en sus poltronas pase lo que pase… |